No es un tema del que se hable ahora. Está de moda. Y la cuestión me viene a cuento por un programa televisivo que era un reportage sobre las páginas Pro-ana, o favorecedoras y promotoras de la anorexia como forma de vida. No sólo ese programa de TV, sino, especialmente, las reacciones que se han suscitado en algunos foros de Internet, con ruido de amenazas y reprimendas a las promotoras de las páginas.
Pero todo esto constituye una cortina de humo que pone en evidencia a la anorexia nerviosa pero esconde a la persona. Como con el tabaco, el alcohol, algunas costumbres sociales, se legisla. La legislación uniformiza, borra de nuevo al sujeto. La anorexia nerviosa no se puede regular por ley. "No, ya -podrá decir la ministra de turno- Eso ya lo sabemos. Lo que pretendemos es que no se haga hincapié en un ideal de belleza que lleva a las muchachas a querer adelgazar". Yo creo que hay algo desenfocado en esto, porque lo del ideal de belleza es una excusa. Ninguna bella admirada es un esqueleto que no pueda tenerse en pie. Hay un exceso de delgadez que es la antítesis de lo bello.
No son tan tontos en el Ministerio de ocasión como para no estar advertidos de que la delgadez de las modelos no es un ideal de belleza. Acaso, constituye el abrir los ojos a la posibilidad de transgredir y poder ser consideradas bellas en la fealdad, con un cuerpo cada vez más horrible. Pero, insisto: esto es lo que es ahora, en lo que se ha convertido ahora, la anorexia nerviosa. En los tiempos en los que simplemente no habían medios como ahora, la enfermedad ya existía y nada tenía que ver con todo esto, por la razón de que en primer lugar, el ideal de belleza femenino era más bien las regordetas y llenitas en carnes y, después, porque no había difusión de la delgadez como ideal.
Vale que lo de ahora es la extensión de un problema. Pero ¿qué problema? En lo que se ha convertido, o un aspecto de la cuestión, es el puramente estético, transgresor. Bajo mi punto de vista, es necesario hacer distinciones ante cada caso. Ya digo: no es lo mismo el síntoma anorexia nerviosa en una psicosis que en una neurosis o en una adolescente rebelde que encuentra en hacerse delgada un motivo de ser.
Como con el tabaco, estas páginas pro-ana han de advertir del riesgo de seguir los consejos que se prodigan, porque es posible que alguna caiga en un camino de no retorno y que muera en el proceso de "deformación" de su cuerpo (al escribir "deformación" me ha venido a la cabeza la comparación con la cirugía estética y sus riesgos, en la misma línea de modelar y "deformar" el cuerpo). La inmensa mayoría de jóvenes son anoréxias por imitación, es decir, histéricas, y estas tienen poco riesgo. La mayoría son comparables a las góticas y punkis. Dentro de esta moda, dentro de esta masa de delgadas (hablaríamos de la obesidad en otra ocasión), hay, no obstante, personas que padecen una "enfermedad mental". Es la genuina anorexia nerviosa, como síntoma histérico grave o como síntoma psicótico.
El movimiento pro-ana parece perseguir y hacer de la transgresión, un modo de existencia. Para ser, no hay que tener. Creo que ese el el fundamento discursivo de la delgadez extrema como canon estético.
¿Por qué esto afecta a las muchachas y no a los muchachos, salvo de una forma mucho más benigna y muy distinta? Por fuerza creo que hemos de introducir el cuerpo sexual, sexuado, para comprender, y cuál es la relación de cada cual con él.
En este aspecto del cuerpo sexuado coinciden anorexia y bulimia, pero en nada más. He escuchado y leído por ahí que la bulimia era el mismo proceso, pero en sentido inverso que el de la anorexia. Eso es rigurosamente falso. Son la inversión el uno del otro si consideramos únicamente el aspecto más sintomático del asunto, o sea, que mientras que en una dolencia se come en exceso, en la otra se deja de comer también en exceso.
En ambas patologías (cuando son patologías), el motivo es la comida, pero lo que está en juego es el cuerpo sexual. Y en este punto acaban, para mí, las comparaciones. En la bulimia grave, la comida es un calmante de la angustia. Se identifica la angustia como un vacío en el estómago y se toma como hambre. Evidentemente que no es hambre y que, en consecuencia, la señal de inhibición fisiológica del hambre (la replección del estómago y el aumento de los niveles de glucosa en la sangre) no resulta operativa, no constituyen frenos, y el sujeto queda a merced por entero de la angustia y de la imposibilidad de calmarla de un modo tan equivocado.
Yo distinguiría, al menos, tres formas clínicas del proceso llamado "anorexia nerviosa": la anorexia nerviosa de tipo psicótico, la anorexia nerviosa de tipo histérico y la falsa anorexia nerviosa.
En las anorexias graves, efectivamente está invariablemente en juego el cuerpo sexual y la relación sexual. El interés parece puesto en el hecho de ser admiradas, deseadas, que se fijen en ellas, sean chicos o chicas, pero sin ningún fin sexual. Sólo narcisístico del tipo "ser admiradas o deseadas".
No es infrecuente que muchachas poco agraciadas o con alguna "anomalía" en sus cuerpos (demasiado bajitas, demasiado altas, gorditas, caderas anchas, que se consideren a sí mismas poco agraciadas, etc.) tan frecuentes, por otra parte, en la adolescencia, caigan en eso que llamo "transformación corporal desde dentro" (anorexia nerviosa, bulimia) en vez de la "transformación corporal desde afuera" (vestidos, estética, maquillajes, etc.), más propio de personas que se encuentran más o menos a gusto de su cuerpo y lo embellecen para seducir.
De todos modos, no estoy tan seguro de que la bulimia pueda considerarse como una transformación corporal "desde adentro" en la misma consideración que hago de la anorexia nerviosa.
Por lo común, las muchachas anoréxicas tienen una relación con el sexo,casi inexistente. Lo que yo he escuchado de ellas es, invariablemente, que no les interesa el sexo o que les da asco. Ese ¡Puagff! tan expresivo frente al sexo, es eso: muy expresivo de la situación de asco frente al sexo opuesto. ¿Por qué? Cada muchacha da una explicación, y si se pudiera extraer un común denominador, quizá predominaría la angustia frente al sexo opuesto, especialmente frente a los genitales del hombre. No estoy diciendo que la angustia frente al sexo sólo se de en la anorexia nerviosa ni que sea la causa del fenómeno. Está presente en otras muchas patologías, pero casi es invariable en la anorexia nerviosa.
No es de extrañar, entonces, que la homosexualidad sea una norma bien acogida entre ellas, aunque no sea el mantenimiento de relaciones sexuales el fin de esa relación, sino el recibir el amor y la admiración y aceptación de una semejante que no es un hombre. Que no sea un hombre parece lo prioritario frente a la posibilidad de que sea una mujer.
Pero esto es variable. He forzado un poco el común denominador.
Otra hipótesis que se puede barajar es la del odio al hombre y el fantasma femenino de matar al hombre después de castrarlo, o de castrarlo directamente. Pues bien: este fantasma se "encarna", toma cuerpo, en la obsesión de algunas mujeres por el tamaño del pene de los hombres, en algunas fobias sexuales y en conductas (llamémoslas así) identificatorias al hombre. Son "complejos" femeninos poco estudiados en general, porque han sido los complejos masculinos los que han dominado el panorama de la clínica psiquiátrica.
Ocurre que el despertar del sujeto femenino, en nuestra cultura, ha traído parejo el descubrir y quedar de manifiesto una riqueza nosológica propia de las mujeres, del mismo modo que hay una riqueza nosológica propia de los hombres. El fetichismo masculino es casi, casi, el modo de relación sexual de los hombres, mientras que el fetichismo femenino incluso se llegó a considerar inexistente, cuando eso no es cierto. Entonces, el fantasma femenino de castrar al hombre, que se manifiesta de múltiples maneras, como el rechazo al órgano sexual masculino, la fobia al pene, el asco, la obsesión por el tamaño del pene, la fantasía de castrar al hombre, sea psíquica o físicametne y una cohorte de otros indicios del mismo estilo, son quizá lo novedoso de ese descubrimiento del sujeto femenino.
Por lo que me cuentan las personas que padecen este trastorno, el deseo que las mueve es hacer desaparecer el cuerpo de mujer, que también es el suyo. Se cortan el pelo, ignoran sus genitales (incluso en el plano físico pierden la menstruación), deforman el cuerpo femenino hasta hacerlo un guiñapo, un trapo, un esqueleto. "Lo primero que hice -me cuenta una de mis pacientes- fue cortarme el pelo, cambiar el cuerpo, comprarme sujetadores que me apretaran los senos para que no se notaran; que donde habían redondeces hubieran huesos. Borrar todo vestigio del cuerpo de una mujer"
Otra paciente anorexica, de 65 años, me decía, en sus momentos de crisis más graves, que todo su deseo era cortar por la línea de puntos (el cuello) para hacer desaparecer el cuerpo de mujer que veía reflejado en el espejo. Odiaba ese cuerpo de mujer y cuanto más horrible, más deformado, más irreconocible como ser sexuado, más próxima al ideal se encontraba. Hacer desaparecer el cuerpo, es lo que deseaba con todas sus fuerzas.
Con respecto al sexo, especialmente la mujer mayor, me contaba que su odio era al cuerpo de mujer que tenía. Ya no quería otro cuerpo de mujer. No gozaba sexualmente ni eróticamente. Lo que quería era hacer desaparecer el suyo. Ella estuvo muy grave, al borde de la muerte. Llegó a pesar 34 kilos. Era terrible. Sufría un montón, y yo sentía por ella una compasión que me ahogaba. Superó esos períodos existenciales suyos tan dramáticos, y pudimos aclarar lo relativo a los desencadenantes de las crisis y a su vulnerabilidad. Finalmente, su deterioro mental (cerebral, por lesiones neurológicas debidas a la desnutrición crónica) no permite seguir trabajando.
Las personas que yo he tenido, y tengo, en la consulta, no es que quieran ser muchachitos, es que, repito, invariablemente desean no tener un cuerpo de mujer que, a su plena disposición, pueden maltratar a placer (su cuerpo). Se diría que sienten un profundo odio hacia la mujer que no pueden ser y a la que envidian. Sabemos qué estragos es capaz de causar la envidia y el odio. Pero esto puede ser una etapa, y en otra etapa, de lo que se trata es de aplastar el deseo sexual masculino, acabar con él, y en este afán nada mejor que convertir el cuerpo femenino (objeto de deseo sexual masculino), en algo esperpéntico, rechazable, en un horror. "¡Deséame ahora así! ¡Quiéreme ahora por mí misma, y no por lo que soy, o sea, un cuerpo erótico que no llegaré a ser nunca para tí!" Eso también da cuenta de alguna etapa o de algo permanente en alguna de ellas.
Por mi parte, tiendo a considerar la anorexia nerviosa como un fenómeno que carece de sentido sin lo social. Pero es que lo social que a mi juicio está implicado, es la función sexual.
"Si no puedo ser bella, seré horrible" parece ser el lema que sostiene la anorexia
JM Gasulla
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